13 noviembre 2009

Se necesita poco material para ser fotógrafo

Y muchas ganas de decir: “Hoy”

Sólo hoy puedes decidirlo, porque el mañana, como el ayer, no existen, que yo sepa.

Hay quien piensa en muchos “flashes”, en grandes estudios, con enormes fondos desplegables, y paneles de relleno… Y…

Pero el “Y…” no es nada más que menos.

Quiero contar una experiencia que tuve en mi primer trabajo:

Resulta que me presentaron a un creador maravilloso de sillas de madera, de los más variados estilos; sillas impresionantes, butacas; casi camas. De madera muy noble que brillaba por todas partes.

Y quería unas fotos para vender su trabajo. Me ofrecí, siendo mi primer trabajo en Fotografía. Yo no sabía ni cómo iba a ser aquéllo.

Las sillas en cuestión estaban ya en una tienda de muebles, pero lejos del escaparate; porque él era un principiante en su oficio, como yo. Poca luz, poco espacio.

Me presenté con una Yashica, de doble objetivo, y formato medio 6x6, de 20.000 pesetas, que son unos 120 € de hoy, y un fotómetro de 5.000 pesetas, (30 €), nada digital. Todo película. Y en un barrio de Madrid que es la “crème de la crème”.

Como quiera que el artesano no se fiaba de mí, contrató a otros dos fotógrafos, por si acaso.

Cuando llegué, un fotógrafo, que llevaba una Hasselblad, de 150.000 pesetas, (unos 900 €) con fotómetro de últimas, y varios focos, me preguntó sibilinamente, y con mucha educación, si esa cámara era “tan buena como decían”. Le contesté que sí, que valía para hacer fotos. Y me reí. Y nos reímos. Éramos elegantes los dos.

Yo hice unas mediciones, con luz reflejada, en varias zonas de las sillas. Luego, medí, con luz incidente, la luz que entraba en la zona.

Apliqué el Sistema de Zonas.

Al día siguiente, cuando el maestro de las sillas ya había recibido las pruebas de los otros dos, me dijo que ya tenía las fotos. Pero yo insistí en presentarle las mías.

Según las iba viendo, una sonrisa especial le fue iluminando la cara, (es que era alemán, y no solía expresar esos sentimientos con frecuencia), y ésa se le iluminó del todo cuando llegó a la última.

Me pagó. Y me dijo que “eso eran fotos”. Que había sacado la textura de entre la madera, y sus brillos propios.

Sin focos, sin “flashes”, sin nada. Lo de que me invitó a unas copas se da por sobre-entendido.

Esas fotos no puedo mostrarlas, porque cedí todos los derechos; para cobrar más.

Pero no importa; tengo muchas hechas sin “flashes”, sin focos, con la poca luz de la calle, o las ventanas; ahí estaban. Y yo decidí ser profesional; es decir, vivir de ello. Porque, no os engañeís, ser profesional no depende de los medios, y no ser profesional, de los miedos.

Teresa
Y en eso estoy, desde hace muchos años.
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10 noviembre 2009

ISO sin miedo

Soy partidario de emplear altas velocidades ISO cuando la foto que tengo en la mente lo requiere.

Dijeron, entre otros, Oscar Wilde y Stefan Zweig, como escritores, que todo arte debe ser inútil.

Efectivamente, para lo demás ya están los fabricantes de algo que, luego, se vende bien. Y no es que el Arte no se venda, sino que requiere un público entrenado para la compra.

En la creación artística, debemos mirar más allá de nuestra miopía terrenal. Y buscar la imagen que tenemos en el alma.

Esta foto está disparada a ISO 800, a mano. Y el efecto evanescente no proviene más que de plantar la huella del dedo pulgar en el objetivo. ¡Como lo cuento!

Ventanas en la noche

Yo miré y vi algo que me gustaba ¿Tenía que sacar el trípode, o el “gorillapad”? Pues mire Ud., no.

¿Qué misterio se oculta tras aquellas ventanas? ¿Quién vive ahí? Ventanas en la noche llamo yo a esta foto.

Hecha a ISO 800, que es un valor notablemente bajo teniendo en cuenta que, muchas veces, disparo a ISO 25.600 y ya sabéis que subexponer es elevar el valor relativo de la sensibilidad equivalente, pues tenía que disparar. ¿Quién me lo impide? Arte inútil.

Sin miedo… Nuestras velocidades y diafragmas están para algo. De hecho, y por lo que he explicado en el párrafo anterior, no uso prácticamente nunca el ajuste de sensibilidad, sino que uso el valor que me sirve.

Os aconsejo que probéis con varias exposiciones, sin olvidarlas, y, con el tiempo, veréis de otra manera en vez de estar siempre pendientes del ruido o del qué dirán.